Casa Entremuros
Meis
,
2020
La parcela, de proporciones alargadas, cae con una fuerte pendiente hacia la ruta de la Piedra y el Agua, en la base del bosque de Armenteira.
Tres muros se hincan en el terreno abriendo un gran surco de acceso a la vivienda. La casa se entierra a nivel de la cota de acceso desde la carretera. Las cubiertas vegetales recuperan el espacio vegetal que ocupa la construcción. La parcela sigue teniendo la misma superficie verde. Hacia el vial de acceso la casa es introvertida y desaparece, como una madriguera. Hacia el bosque la casa es extrovertida y sus habitantes viven inmersos en la naturaleza, como un nido.
La estrategia del proyecto se aprovecha de las características del terreno, de su pendiente, de sus árboles, de su orientación. Al enterrar la casa, su cubierta ajardinada nos proporciona un colchón térmico, fresca en verano, caliente en invierno. Y sobre las cubiertas seguimos haciendo uso de la propia parcela. Unas mínimas barandillas delimitan de forma orgánica el espacio transitable y protegido. Fuera de las barandillas la vegetación ocupará el resto de la cubierta.